En política no hay sorpresas, hay sorprendidos.
Al más puro estilo del viejo PRI, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha designado hoy a su sucesora en el trono de México (aún llamada silla presidencial). «Lo que mi dedito diga» ya exclamaba hace tiempo AMLO y hoy es una realidad, la designación deliberada disfrazada de «democrática» es un duro golpe a la democracia en México el cuál, curiosamente, se da antes de los comicios.
La elección de candidato, en este caso, candidata, se dió bajo un esquema de ocultismo, el propio partido MORENA lo acepta con cinismo, el instituto político «realizó» una encuesta en la que preguntaba a los militantes del partido sobre a quién consideraban mejor para abanderar al partido rumbo a la presidencia de México en el 2024, sin embargo, dicha encuesta fue realizada por el mismo instituto, sin observadores electorales del INE, menos de organizaciones civiles ni de otros organismos apartidistas nacionales o internacionales.
En dicha encuesta no participaron todos los militantes de MORENA, participaron (¿?), nadie lo sabe, el mismo partido asegura que las encuestas fueron anónimas, lo cual de plano es una burla a los mexicanos, pero principalmente a los miembros de MORENA que militan en el instituto político ya que no participaron en la designación de candidato a la presidencia ya que así lo decidió AMLO.
El partido no transparentó su proceso de designación, no tomo en cuenta a todos sus militantes y el mismo partido es quien sabe el cómo sucedió la encuesta. Al menos el PRI decía públicamente que era el mismo presidente quien designaba a su sucesor en la presidencia imperial, MORENA disfraza la designación haciéndola ver públicamente como democrática, sin embargo, si investigan tantito respecto al proceso, se darán cuenta que es una auténtica burla para «el pueblo sabio y bueno».
Con AMLO murió la esperanza de México, el AMLO candidato era quien podría rectificar el rumbo del país, quién nos salvaría de los estragos del PRI y la corrupción de los demás partidos. Sin embargo, en 5 años este presidente ha traicionado al pueblo de México, pero principalmente se ha traicionado al él mismo ya que está incurriendo en las mismas prácticas del pasado, incluso las ha empeorado.
¿Qué les queda a los mexicanos? No hay un panorama certero, la básica y simplista frase «todos son iguales» cada día cobra más sentido, no importa si es PRI, PAN, PRD, MC, MORENA, etc. Los resultados cada vez son peores y quién tuvo la oportunidad de hacer un «cambio verdadero» resultó más de lo mismo, incluso peor.
Es normal sentirse desencandato con la política y la democracia, hoy no hay actores ni partidos políticos que de verdad velen por el bien común, por el bienestar general, por los más desfavorecidos, supuestamente AMLO era la respuesta, él entendió bien esto y lucró con la pobreza, se sirvió de ellos y lo seguirá haciendo hasta el día que fallezca.
De Claudia y Marcelo no hay mucho de que hablar, la señora no tiene vocación política, carece de carisma, ser judía no le ayuda y lo único que tiene es el favoritismo del AMLO. Ebrard tiene dos caminos: alinearse con el anciano y ser senador o lanzarse de candidato en Movimiento Ciudadano, perdiendo la elección y dejando incierto su futuro politico.
Sea cual sea el camino, el pueblo de México será el que termine perdiendo y la clase política terminará ganando, todos ellos, PAN, PRI, PRD, MORENA y MC, unos ganarán más, otros menos, el orden de los factores no va a alterar el producto.